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martes, septiembre 12, 2017

La lechuga: Desmitificando la retención de líquidos

Son muchas las ocasiones en las que he oído decir.. “no como lechuga porque retiene líquidos”. Vamos a desmitificar esa afirmación que tanto ha dado que hablar en el mundo dietético y deportivo.

Nutricionalmente, esta hortaliza posee un 96% de agua, además de vitaminas (A, C, tiamina, riboflavina…) y minerales como el calcio, el hierro, el magnesio, el zinc y el potasio, mineral en el que es especialmente rica. Decir que por contra, posee muy poco sodio. Además destacar su aporte en fibra y su bajo valor calórico: 100 gramos de este alimento, contienen solamente 14 calorías.

Por todo esto, al ser muy rica en agua y en potasio y muy baja en sodio, la retención de líquidos no puede aumentar tras consumir lechuga y tampoco si se hace por la noche. Es indistinto el momento del día en el que comamos esta hortaliza y cualquier otro alimento a la hora de contabilizar calorías o dirimir si retiene o no retiene líquidos.

Sin embargo, antes de dejar a un lado este alimento de tus platos favoritos, es necesario preguntarse si realmente ¿la lechuga retiene líquidos?

Bueno, la lechuga en sí misma no retiene líquidos, es la manera en la que la aliñemos lo que puede provocar esta indeseable consecuencia. Es decir, si va con mucho sodio e incluye algún tipo de salsa, no solo retendrá líquido, sino que le sumaremos una cantidad importante de calorías a nuestro plato “ligth”.

Expertos señalan que, en realidad, la lechuga puede provocar una sensación de hinchazón, pero esto no tiene relación alguna con el aumento de peso. Esta sensación es ocasionada por el ‘proceso de masticación’, ya que se trata de un alimento que al comerse crudo, hace que determinadas personas puedan ingerir mucho aire al tiempo en que la mastican. Esto sólo ocurre en personas que se sienten pesadas tras ingerir una ensalada.

Entre las soluciones que proponen los nutricionistas están: masticar bien, reducir las cantidades de lechuga y cortarla en trozos más pequeños. Otra posibilidad es consumir otros tipos de vegetales que, por su composición, hinchan menos, como las endibias, los canónigos o la escarola.


Lo más curioso del caso es que, además de no retener líquidos, la lechuga es un diurético natural, es decir, que favorece la eliminación de líquidos mediante la orina, siendo muy eficaz para aquellas personas que padecen de retención de líquidos. Además de esto, la lechuga cuenta con una sustancia llamada Lactucina, que produce un suave efecto sedante, ayudando a controlar la ansiedad y a inducir al sueño, por lo que resulta ideal consumir lechuga en la cena.
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