Existe
muchísima controversia originada alrederor este tema a través de
varios medios de comunicación. Y es que los abdominales hipopresivos
entraron con fuerza en nuestros entrenamientos hace ya varios años
sin que todavía hayamos obtenido respuestas concluyentes y con base
científica si verdaderamente son la mejor alternativa a los
abdominales convencionales o si por el contrario tienen más
desventajas que ventajas.
Para
que entendamos bien el tema, comenzaremos viendo qué son los
abdominales hipopresivos y cuales son sus principales virtudes con
respecto a su rival más directo. Después veremos que la guerra en
este sentido no acaba aquí, sino que estudios posteriores revelan
fundamentos en ambos sentidos que desequilibrarán la balanza a favor
de los abdominales convencionales. ¿quién ganará la batalla?
Juzguen ustedes mismos
¿Qué son los
abdominales hipopresivos?
Los
ejercicios de abdominales hipopresivos comprenden una serie de
ejercicios posturales y respiratorios que se pueden hacer tanto de
forma estática como dinámica. Como pauta general podemos decir que
consisten en inspirar profundamente a la vez que metemos el
abdomen hacia dentro y, después realizar varias respiraciones
manteniendo el abdomen en esa posición.
Este tipo de gimnasia
abdominal debe su nombre al Doctor en Fisioterapia, Marcel Caufriez,
quien en su actividad profesional se dedicó a la reeducación
uro-ginecológica y la sexualidad desde una perspectiva
neurofisiológica. Caufriez empezó a trabajar con las denominadas
"técnicas de aspiración diafragmática" (técnicas
hipopresivas) y que posteriormente aplicó al método denominado
Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH). Se trata por lo tanto de una
serie de ejercicios en apnea respiratoria y posturas específicas a
los que se les atribuyen múltiples beneficios:
→ Mediante el descenso
de la presión intraabdominal se tonifica el abdomen vía
refleja. Si observamos las fuerzas que se producen en el ejercicio
podríamos decir que con una dosis adecuada para cada persona se
producirán adaptaciones en mayor o menor medida.
→ Los hipopresivos son
un buen trabajo para la musculatura del transverso abdominal,
que es el encargado de mantener las vísceras del abdomen y ayuda a
la hora de espirar el aire. Es importante trabajar esta zona pero sin
hipertonificarla, sino que debemos trabajar también las otras
zonas que conforman la musculatura del abdomen tal como hemos
indicado anteriormente.
→ Puede reducir
el perímetro de cintura abdominal hasta un 8%, pero este
resultado no está del todo comprobado en lo relativo a los
abdominales hipopresivos.
→ Otro de los
beneficios son las mejoras posturales, consiguiendo una
reducción en las curvaturas cervicales, dorsales y lumbares, así
como desviaciones laterales de la columna vertebral. Producen así
una mayor sensación de "confort postural". Aunque es
cierto que este método puede producir beneficios posturales a muchas
personas que tengan unas curvaturas excesivamente pronunciadas en su
columna (hiperlordosis e hipercifosis), debemos tener en cuenta que
un cierto grado de curvaturas en nuestra columna es necesario para
soportar correctamente las cargas del día a día y habría que
adaptar estos ejercicios hipopresivos a la persona.
→ El punto que ha
generado más debate es aquel que afirma que los abdominales
hipopresivos fortalecen el abdomen y a su vez la musculatura del
suelo pélvico, contrariamente a los abdominales
tradicionales, que su práctica daña el suelo pélvico. El suelo
pélvico es una unidad del músculo esquelético que sostiene los
órganos situados en la zona pélvica contrarrestando efectos de
gravedad, presión intraabdominal y cargas que se sufren por efectos
de la actividad física, por lo que un inadecuado aumento en la
presión abdominal, generado por un sobre esfuerzo, podría acarrear
problemas en la musculatura del suelo pélvico, estos vendrían por
una mala dosis en la carga de entrenamiento abdominal (mala elección
de los ejercicios, series, repeticiones y descansos). Por lo tanto,
si se trabaja la musculatura abdominal en su totalidad y
correctamente no debe haber ningún problema.
¿Contraindicaciones?
Los abdominales
hipopresivos están contraindicados para embarazadas (debido a que
podría ocasionar problemas en el feto) y personas con hipertensión,
ya que los ejercicios isométricos (fuerza mantenida durante un
tiempo) pueden provocar un aumento de ésta.
La Federación Española
de Medicina del Deporte (FEMEDE) en el año 2012 puso en tela de
juicio la validez de los abdominales hipopresivos. Lo hizo hecho
mediante la nota de prensa aclaratoria que os dejamos a continuación.
Según FEMEDE, no hay
evidencia científica que avale las virtudes de los hipopresivos. Lo
que no significa que los hipopresivos no sirvan de nada, simplemente
que todavía no se han demostrado sus virtudes mediante el método
científico.
¿Cual elegir?
Aquí
se encuentra el eterno debate. Desde el punto de vista de Deporte sin
Química, cualquier método de entrenamiento llevada a la máxima
potencia puede provocar efectos negativos en nuestro organismo.
Partiendo de esa base deberemos planificar un entrenamiento en
función de nuestras necesidades.
Plantearemos
tres casos en los que la elección del tipo de abdominales puede
variar notablemente. E primer lugar para conseguir un objetivo basado
en el rendimiento, usaría mayoritariamente el método de los
hiperpresivos, pero no sin complementarlos con los hipopresivos por
aquello de una mejora postural.
En
el caso de mejoras posturales, podríamos decantarnos casi en su
totalidad por los hipopresivos. Sin embargo, para aquellas personas
que no busquen un rendimiento importante preocupándose más por la
estética que cualquier otra cosa, combinaría ambos métodos.
Un ejemplo de
hipopresivos
Para
aquellos que no visualicen este método, les dejamos una explicación
de uno de los ejercicios básicos de este curioso método. (fotografía del artículo)
Realizaremos el ejercicio sobre una esterilla que colocaremos en el
suelo.
Sobre ella nos pondremos en postura de cuadrupedia, de modo que las
palmas de las manos queden pegadas al suelo y las coloquemos
paralelas, al tiempo que apoyaremos las rodillas de las piernas en
el suelo y las colocaremos ligeramente abiertas. La postura de la
espalda es muy importante, ya que la cabeza debe quedar mirando al
frente y la espalda recta en todo momento para evitar posiciones
arriesgadas.
En esta posición lo que haremos será contraer el vientre hacia
adentro como si estuviésemos metiendo tripa. Debemos mantener
contraída esta parte mientras inspiramos y notamos como se llenan
los pulmones y se hincha el esternón, ya que el vientre los
tendremos contraído. Acto seguido, y sin dejar de contraer,
expulsaremos el aire poco a poco a la vez que contraemos más el
abdomen hacia dentro y repetimos de nuevo el mismo ejercicio.
Repetiremos
el ejercicio 3 veces. De este modo poco a poco iremos adquiriendo
fuerza y soltura para realizar un mayor número de repeticiones.