El agua es, junto con el oxígeno
(O2) una sustancia primordial para los seres vivos. Ocupa entre un 60
y un 70% del cuerpo del ser humano adulto, y este porcentaje a su
vez, se distribuye equilibradamente entre el contenido intracelular,
el líquido plasmático y el líquido extracelular. De manera que,
para que este equilibrio no se pierda, el organismo cuenta con
mecanismos de regulación como la sed, y los sistemas excretores y
diuréticos.
Son ampliamente conocidas las funciones
vitales en las que interviene el agua: respiración, digestión,
eliminación de toxinas, termorregulación, transporte de nutrientes,
producción de fluidos (sangre, saliva, lágrimas), control de la
acidez, reparación celular, hidratación y elasticidad de la piel, y
muchos otros procesos químicos y fisiológicos. De allí la
importancia de su consumo permanente.
Sin embargo, no es sólo la cantidad de
agua que se ingiere, lo que influye en mantenimiento de la buena
salud; hay quienes afirman, que la temperatura tiene diversos
efectos, que favorecen o perjudican el buen funcionamiento del
organismo.
¿Agua fría o caliente?
La medicina occidental, en sus
recomendaciones sobre el consumo de agua, no hace ninguna mención
particular al tema, limitándose a enfatizar la importancia de la
ingesta diaria, en cantidades que varían según la edad y las
actividades que se realicen.
La cultura orientales
Los orientales, por el contrario,
tienen entre sus normas y hábitos, consumir agua tibia o caliente, y
consideran altamente perjudicial la ingesta de éste y cualquier otro
líquido, a muy bajas temperaturas, cuando se trata de acompañar las
comidas.
En prácticamente todo el mundo se
acostumbra tomar agua, o casi cualquier bebida (refresco, jugo,
etc.), fría, pero en China no. De modo que cuando un cliente acude a
cualquier restaurante o cafetería y ordena una bebida, por lo
general el mesero la llevará caliente.
Todo esto tiene una explicación. En la
cultura china, desde muchas generaciones atrás, se ha enseñado que
para conservar la salud se debe mantener un equilibrio interno y
externo del cuerpo.
Por esto, los médicos chinos explican
que, cuando el cuerpo recibe alimentos calientes, como son las
comidas o cenas, se debe mantener un equilibrio interno en la
temperatura, por lo que creen que no es recomendable comer caliente y
beber líquidos fríos, que lo único que pueden ocasionar es que el
proceso digestivo no se lleve a cabo correctamente.
Argumentos a favor
Según los defensores de esta práctica,
tomar agua entre 37º y 39ºC, además de evitar el impacto de un
cambio brusco en la temperatura interna del cuerpo, tiene un efecto
vasodilatador sobre los tejidos con los cuales entra en contacto
directo al ser consumida, vale decir, el trato digestivo.
Dicha vasodilatación o expansión,
produce de manera inmediata, un aumento de la irrigación sanguínea,
y por ende, de oxigenación, con lo cual se beneficia en primer
lugar, el proceso digestivo, y colateralmente, se produce un estímulo
de las vías respiratorias y se relaja la tensión.
Efectos sobre la salud
Continuando con la argumentación
anterior, el sencillo acto de ingerir agua tibia, tendría entonces
los siguientes efectos sobre la salud:
•Interviene proactivamente en la
digestión, ayudando a disolver y a procesar la grasa de
los alimentos (de ahí que su consumo se promueva entre las personas
que desean adelgazar)
•Realiza un “barrido” superior
al del agua fría, en la tarea de eliminar toxinas y material de
desecho celular
•Aumenta la efectividad de
los movimientos peristálticos (de los intestinos), lo cual
incide en mejor cumplimiento de la función excretora
•Despeja las vías
respiratorias
•Tiene efecto relajante sobre
el sistema nervioso
Cuándo no ingerir agua tibia
•En casos de hipertensión, debe
consultarse primero con un especialista
•Durante algún padecimiento agudo
del sistema digestivo (vómitos, gastritis y otros)
•Cuando la temperatura ambiental sea
demasiado elevada
•En cualquier otra circunstancia que
requiera una atención especial de la salud
Agua para controlar el peso
Por increíble que parezca, el agua es
probablemente el catalizador más importante en la pérdida de peso.
El agua suprime el apetito naturalmente y ayuda al cuerpo a
metabolizar la grasa almacenada. El tomar agua es esencial para
lograr la pérdida de peso.
Estudios han demostrado que al
disminuir la cantidad de agua que tomamos los depósitos de grasa
aumentan, mientras que el incrementar la cantidad de agua que
tomamos, los depósitos de grasa disminuyen. Los riñones no pueden
trabajar propiamente sin suficiente agua y cuando esto ocurre, le
pasan algunas de sus funciones al hígado. El hígado metaboliza la
grasa almacenada para convertirla en energía que el cuerpo puede
utilizar, pero si el hígado tiene que hacer alguna de las funciones
de los riñones, este no puede trabajar en toda su capacidad y
consecuentemente este metaboliza menos grasa, mas grasa se queda en
los depósitos del cuerpo y la pérdida de peso se detiene.
La gente que es propensa a retener
agua, piensa que reduciendo el consumo de agua les ayudará a
remediar el problema; pero en realidad lo contrario ocurre. El cuerpo
percibe una falta de agua como una amenaza a su sobre vivencia y
empieza a retener cada gota de agua. El agua es almacenada en
espacios extra-celulares (fuera de las células), causando hinchazón
de pies, manos y piernas. La mejor manera de evitar la retención de
agua, es darle al cuerpo lo que necesita - bastante agua.
Si usted tiene un problema constante de
retención de agua, el exceso de sal puede que sea el causante. Su
cuerpo tolera la concentración de sodio hasta cierta cantidad. Entre
mas sal coma, su cuerpo necesita mas agua para poder disolverla. El
deshacerse de la sal innecesaria es fácil- nada mas tome mas agua.
Cuando los riñones forzan fuera el agua, también arrojan el exceso
de sal.
El agua también ayuda a mantener los
músculos tonificados dándoles a todos estos la habilidad natural de
contraerse y evita la deshidratación. También ayuda a prevenir que
la piel cuelgue después de perder peso. Las células secas se
redondean con el agua y la piel aparece clara, sana y radiante.
El agua ayuda al cuerpo a desechar
materias toxicas – durante la pérdida de peso, el cuerpo tiene que
desechar mas materias toxicas, toda la grasa metabolizada debe de
desecharse – y elimina problemas con el estreñimiento.