La preparación física para los
deportes de montaña debe contemplarse desde un punto de vista
integral, desarrollando cualidades técnicas, mentales y como no,
físicas. En este artículo nos ocuparemos del trabajo de la fuerza
en el gimnasio.
Aún muchos preparadores desestiman en
entrenamiento de la fuerza en el gimnasio, pero para los más
avanzados no hay duda de que en determinados deportes una
planificación acertada del entrenamiento de musculación es
esencial. En los deportes de montaña, sea el caso de la travesía o
el fondo, debes entender la musculación como una parte más.
Con independencia de tus objetivos y de
tu punto de partida trata de encontrar algo de tiempo, bastaría un
día a la semana y no más de una hora, en el caso de que no desees
competir, y serían suficientes dos días, a razón de una hora y
media, bien aprovechadas, en el caso de que tengas objetivos
competitivos. No debes olvidar la importancia del trabajo fuera del
gimnasio y balancear las sesiones de forma que no las hagas
contraproducentes.
Vamos a plantear el caso de una persona
que práctica la travesía cuando su trabajo y situación personal se
lo permite. Normalmente viaja dos semanas al año a Benasque, una en
Navidades y otra en Semana Santa. También cuando puede se escapa
algún fin de semana.
Nuestro deportista no hace una
preparación específica, es más, no sería sensato, ya que lo que
pretende es disfrutar del deporte en todo momento, y con buena lógica
adecua su práctica a las condiciones de tiempo y a sus propias
posibilidades. Cuando tiene más tiempo libre, más se dedica, y
cuando el trabajo o la familia le ocupa más tiempo, simplemente
espera a momentos más propicios. Normalmente hace deporte tres o
cuatro veces por semana. No tiene un orden concreto. Monta en bici de
montaña cuando hace buen tiempo, a veces sale a correr, y
últimamente ha empezado a nadar en un polideportivo cercano a su
casa, aproximadamente media hora, o tal vez si se encuentra con
ganas, un poco más, 45 minutos. Esto en total no le lleva más de
una hora, un tiempo razonable cuando se tienen otras ocupaciones.
Ahora se plantea acudir al gimnasio
para fortalecer su musculatura. En la travesía, las carencias
musculares son patentes tanto en las subidas, como en las bajadas,
más tensas y muscularmente más exigentes. Por eso afrontamos un
plan de mejora, integral y adecuado a las expectativas. En el primer
mes trabajaremos dos días por semana y cada sesión nos ocupará un
hora aproximadamente. Trabajaremos todo el cuerpo, y siempre
alternaremos ejercicios para el tren superior con los del inferior.
De esta forma no es necesario descansar entre las series de
ejercicios, mantenemos el pulso en un intervalo de trabajo y ganamos
tiempo. Igualmente nos beneficiamos de que nuestro corazón envíe
sangre a todo el cuerpo y no sólo a un músculo concreto como en los
entrenamientos típicos de culturismo.
Los ejercicios que vamos a indicar son
habituales en los gimnasios y sólo aparecen como aparatos, aquellos
que normalmente están presentes en toda instalación deportiva.
Igualmente es conveniente resaltar que
cada músculo tiene unas funciones concretas y no es relevante el
ejercicio en sí, y sí el trabajo de ese músculo. Encontrarás
muchos ejercicios para cada músculo, pero en el caso que nos atañe,
el ejercicio elegido es aquel que no presenta dificultad en su
ejecución y trabaja en la medida de lo posible cada lado del cuerpo
por separado. Con el tiempo incluiremos diferentes rutinas. Podemos
cambiar de entrenamiento cada mes, o cada 8 sesiones más o menos, (a
razón de dos por semana). El motivo del cambio es para evitar la
monotonía. No te dejes influir por la opinión de quienes quieren
complicar las cosas más de lo necesario. No hay diferencias
significativas por entrenar un mismo músculo con una polea, un
aparato específico o un par de mancuernas. El músculo debe superar
una resistencia y si se incrementa el trabajo total, habrá mejora,
así de simple. Lo cierto es que nos debemos preocupar de aspectos
como la simulación del gesto deportivo, si es posible, y de realizar
un esfuerzo similar al que nos demandará nuestra actividad favorita.
Los ejercicios que vamos a indicar son
habituales en los gimnasios y sólo aparecen como aparatos, aquellos
que normalmente están presentes en toda instalación deportiva.
Igualmente es conveniente resaltar que
cada músculo tiene unas funciones concretas y no es relevante el
ejercicio en sí, y sí el trabajo de ese músculo. Encontrarás
muchos ejercicios para cada músculo, pero en el caso que nos atañe,
el ejercicio elegido es aquel que no presenta dificultad en su
ejecución y trabaja en la medida de lo posible cada lado del cuerpo
por separado. Con el tiempo incluiremos diferentes rutinas. Podemos
cambiar de entrenamiento cada mes, o cada 8 sesiones más o menos, (a
razón de dos por semana). El motivo del cambio es para evitar la
monotonía. No te dejes influir por la opinión de quienes quieren
complicar las cosas más de lo necesario. No hay diferencias
significativas por entrenar un mismo músculo con una polea, un
aparato específico o un par de mancuernas. El músculo debe superar
una resistencia y si se incrementa el trabajo total, habrá mejora,
así de simple. Lo cierto es que nos debemos preocupar de aspectos
como la simulación del gesto deportivo, si es posible, y de realizar
un esfuerzo similar al que nos demandará nuestra actividad favorita.
Otro aspecto vital para todos es la
prevención de lesiones, por ello desaconsejamos el uso de pesos
elevados que nos impidan ejecutar con la máxima corrección el
ejercicio durante las repeticiones establecidas. La resistencia que
debes elegir es aquella que te permita hacer las repeticiones
indicadas, sin impulsos, ni movimientos que sencillamente falseen el
peso que estás levantando, y todo ello, produciendo una fatiga
claramente perceptible. Despreocúpate del peso y sólo auméntalo
cuando pueda superar claramente lo establecido.
En la travesía y el fondo, al menos
cuando no se pretende competir al máximo nivel, debemos trabajar lo
que se conoce como "fuerza-resistencia". Por ello vamos a
realizar un entrenamiento "por tiempos" y no "por
repeticiones". La dinámica es la siguiente: 2 minutos de un
ejercicio para el tren superior, seguido de dos minutos de otro
ejercicio para el tren inferior, seguido de un ejercicio para
abdominales y otro de lumbares. Trabajaremos todo el cuerpo en
circuito y al terminar el primer ciclo, haremos un segundo. En las 3
o 4 primeras sesiones sólo harás un ciclo, y cuando te encuentres
mejor, harás dos. Comenzaremos con un calentamiento de 5 o 10
minutos de un ejercicio aeróbico, bici estática, algo de carrera a
pie, máquina de remo, lo que quieras. Los ejercicios debes hacerlo
de forma fluida, sin tirones, ni aceleraciones, y siempre respetando
el recorrido completo.
Vamos pues con la rutina sugerida.
Calentamiento.
Abdominales: Flexiones de tronco con
las manos cruzadas sobre el abdomen, nunca detrás de la nuca. Sin
rebotes. En este caso haz tantas repeticiones como puedas, aquí no
es necesario que respetes los dos minutos, si lo logras mejor, si no
es así, pronto lo alcanzarás.
Lumbares: Hiperextensiones en banco.
Mismas indicaciones que en los abdominales.
Dorsales: jalones en polea tras nuca. 2
minutos.
Cuádriceps: extensiones de piernas.
Haz el ejercicio trabajando cada pierna por separado. Una repetición
con la pierna derecha seguida de otra con la izquierda y así
sucesivamente. 2 minutos.
Pectorales: press de banca con
mancuernas. 2 minutos.
Femorales: curl femoral. Mismas
indicaciones que en los cuádriceps.
Deltoides: press con mancuernas. 2
minutos.
Gemelos: elevaciones de talones sin
peso alternando cada pierna como en los otros ejercicios. 2 minutos.
Bíceps: curl con mancuernas. 2
minutos.
Abductores: Flexiones en máquina. 2
minutos.
Tríceps: En polea. 2 minutos.
Cuello: elevaciones en banco con la
cabeza colgando. Máxima atención a no realizar rebotes. 1 minuto
con el cuerpo "boca arriba" y otro minuto con el cuerpo
"boca abajo".
Antebrazo: flexión de antebrazos con
mancuernas, apoyando las muñecas en un banco. 2 minutos.
Al terminar la sesión realiza un
trabajo ligero para retomar la normalidad. El mismo ejercicio del
calentamiento u otro similar durante cinco minutos a un ritmo muy
suave. Con este trabajo tus músculos se acostumbrarán a la dinámica
de tu deporte sin ningún riesgo de lesión. Más adelante te
beneficiarás de un entrenamiento en el que la mejora específica de
la fuerza sea el objetivo. Durante un periodo de 3 a 6 meses esta
dinámica te hará mejorar notablemente.
En la escalada la relación peso -
fuerza del deportista es determinante.
En la escalada la técnica y potencial
físico funcionan al unísono. En ocasiones vemos como alguien
asciende con una facilidad inusitada al tiempo que logra una
plasticidad de movimientos excepcional. No hay trucos, simplemente
estamos ante un atleta que posee una técnica depurada, una forma
física contundente y algo que probablemente pocos tengan, visión de
escalada.
La visión es difícil de definir.
Saber cómo dosificar el esfuerzo, localizar rutas más allá de lo
obvio o lo más próximo, o aceptar cuales son nuestras limitaciones
y como contrarrestarlas mientras nos entrenamos para poder
superarlas. Estos son ejemplos de visión. Y para muchos, la
limitación física limita la creatividad en la escalada. Vamos pues
a tratar de mejorar nuestra forma y poder disfrutar aún más de
nuestro deporte.
Comenzábamos el artículo diciendo que
la relación peso - fuerza del deportista es determinante. La fuerza
absoluta contempla el trabajo máximo que podemos realizar, por
ejemplo elevar un peso por encima de la cabeza con independencia de
nuestra corpulencia. La fuerza relativa hace alusión a cuanta fuerza
tiene el deportista en función de su peso. Las dominadas, flexiones
de brazos suspendido de una barra, es un ejercicio que incide
directamente en este concepto. Un deportista de 90 kilos para 1,80
metros podría levantar por encima de su cabeza una barra con 70
kilos durante cuatro repeticiones y en el otro ejercicio, las
dominadas, podría, (estamos ante un ejemplo, en cualquier caso
real), hacer 8 dominadas con su propio peso. Un escalador, de 68
kilos para la misma estatura, 1,80 metros, en el primero podría
levantar 50 kilos pero haría 20 dominadas. La fuerza relativa en las
dominadas podemos interpretarla dividiendo el número de repeticiones
entre el peso corporal. En el primer caso 8 repeticiones entre 90
kilos nos da 0,088 y en el segundo, 20 entre 68, nos da 0,2941 un
número que refleja mayor fuerza relativa. Si este segundo deportista
aumentase a 24 repeticiones con un mismo peso, alcanzaría un índice
de 0,3529 mejor que el obtenido anteriormente.
Si incrementamos la resistencia en las
dominadas añadiendo un peso suplementario colgado de un cinturón,
(forma habitual), por ejemplo, 10 kilos, nuestro primer deportista
tal vez pudiera hacer 2 o 3 repeticiones, y el segundo, aún haría
10. El escalador posee, en cuanto a los ejercicios que hemos
mencionado, peor fuerza absoluta, pero mejor fuerza relativa.
Este hecho es especialmente importante
en aquellos deportes en los que la fuerza de la gravedad condiciona
el rendimiento. Todos hemos oído hablar de escaladores y rodadores
en el ciclismo. Normalmente, los primeros son más delgados que los
segundos. Pedaleando en terreno llano la fuerza absoluta del ciclista
condiciona el rendimiento. En terreno ascendente será su fuerza en
relación a su peso. Un ciclista de 170 cm. y 58 kilos de peso podría
lograr una fuerza de 450 vatios en un cicloergómetro, (bicicleta
estática diseñada para medir la fuerza), y otro de la misma
estatura y 63 kilos alcanzaría 525 vatios. El primero obtendría al
dividir la medida obtenida por su peso, 7,75 vatios, (450 ÷ 58), y
el segundo, 8,33 (525 ÷ 63), con lo que si no incluimos otras
variables diríamos que el segundo ciclista al poseer mejor relación
peso - fuerza, subiría mejor los puertos. Es importante mencionar
que sólo hemos considerado esta variable, y que en condiciones
reales de carrera las cosas pueden ser muy diferentes.
En la escalada la fuerza de la gravedad
es el principal escollo (obviamente hay otros muchos que se salen del
objetivo del artículo) y como tal, para superarla debemos
incrementar la fuerza relativa. Lo primero que debemos hacer es un
sencillo test previo a la planificación. Bastará con realizar una
serie de dominadas al límite y contar las repeticiones alcanzadas.
Premisas fundamentales: estar descansado, (no sería sensato hacer el
test el día después de una escalada dura) y haber realizado un buen
calentamiento, (no hay a fecha de hoy dudas sobre la mejora del
rendimiento tras un calentamiento previo). Una vez que has anotado el
número de repeticiones logradas, y si has alcanzado al menos 10,
descansa 5 minutos evitando quedarte frío, (cúbrete con suficiente
ropa, o corre suavemente pudiendo mantener una conversación fluida),
y añade a tu peso corporal 10 kilos y repite la medición. Tal vez
superes 10 repeticiones con el lastre extra. Si es así, repite el
proceso de descanso y añade otros 10 kilos para un total de 20.
Este es tu punto de partida. Sería muy
recomendable que acudieses a un servicio de medicina deportiva para
que determinarán tu constitución corporal y especialmente el
porcentaje de grasa que define de tu peso total cuanto corresponde a
grasa. En la escalada no es casualidad que los mejores sean
especialmente fibrosos ya que la grasa es un lastre que no aporta
nada en este deporte. Esto en ningún caso debe interpretarse como
una cruzada ante la grasa que sin lugar a dudas tiene funciones
estructurales, simplemente es una reflexión para aquellos que
deseando destacar en la escalada tienen sobrepeso. El médico y nadie
más, es quien debe opinar sobre cual es tu peso de forma. Cualquier
planteamiento que se salga de la disciplina facultativa es
arriesgada.
La preparación física tiene dos
vertientes claras: general y específica.
La preparación general debe ocupar la
mayor parte del tiempo de quienes se inician en la escalada. Vamos a
describir cómo pero haremos una salvedad. Es probable que muchos
quieran "atajar" y saltarse el acondicionamiento general y
comenzar directamente con la preparación específica, probablemente
más llamativa. Encarecidamente te rogamos que no lo hagas ya que el
riesgo de lesión es real.
La primera fase debe contemplar el
entrenamiento que describimos en la primera parte de este artículo
donde se pretende mejorar la fuerza-resistencia de todo el cuerpo. La
única salvedad es que el ejercicio de espalda sean siempre las
dominadas.
Además deberás añadir 2 o 3 días de
carrera a la semana. 30 minutos entorno al 75 - 85 % de tu ritmo
cardiaco máximo. Te será fundamental contar con un pulsómetro -una
inversión e salud incuestionable-. Lee también este artículo que
te ofrecemos en nuestra Web. Los escaladores no son, como resulta
evidente, corredores, pero todo el mundo se beneficiará de un
incremento en las prestaciones cardiovasculares. No insistas más
allá de los límites marcados. La carrera es parte de la mejora
general y no específica
Ambos trabajos, musculación y carrera
te aportarán una excelente base. Mientras realizas este tipo de
entrenamiento puedes lógicamente practicar la escalada y seguro que
notarás mejoras. Si tu forma no es muy buena deberás trabajar al
menos durante 6 meses antes de iniciar el trabajo específico. Si te
encuentras mejor bastarán 3 meses.
El entrenamiento específico debería
comenzar cuando pudieras realizar un mínimo de 12 dominadas bajando
totalmente hasta estirar los brazos y subiendo hasta rebasar la barra
con la barbilla. Además del trabajo general que deberás mantenerlo
añadirás los siguientes ejercicios en dos ciclos de al menos dos
meses cada uno:
· Primer ciclo, dos veces por semana.
Tras la carrera realizaremos:
Posición superior del ejercicio
"dominadas" aguantando el máximo tiempo posible. Cuenta el
tiempo que logras. Cuando no puedas más, baja todo lo despacio que
puedas, y al llegar a la posición de brazos estirados, aguanta ahí
también todo el tiempo que puedas. Igualmente toma el tiempo.
Descansa tres minutos y repite el ciclo dos veces más hasta
completar tres.
Ahora descansa otros tres minutos. El
siguiente ejercicio consiste en aguantar el máximo tiempo posible en
la posición de brazos estirados pero ahora con un solo brazo. Toma
el tiempo y cambia al otro brazo. Cuando el segundo brazo se agote, y
sin soltar la barra, comienza de nuevo con el primero. Tres series
para cada brazo. Pon especial interés en aguantar el mismo tiempo
con ambos brazos. Para ello, comienza con el más débil.
Finalmente vamos a trabajar los
antebrazos. Cógete con ambas manos de la barra y situándote en la
posición baja, sosténte solo con las dos últimas falanges. Ahora
son los antebrazos los que más trabajan. Aguanta todo lo que puedas
en tres ciclos con descansos de tres minutos. Quemará bastante pero
mejorarás mucho. Es importante que trates de aumentar los tiempos en
cada serie del ciclo.
· Segundo ciclo: en este vamos a
trabajar especialmente la fase descendente de las dominadas.
Lo ejercicios tienen dos fases,
concéntrica, fase que se desarrolla desde la posición de extensión
del músculo hasta su contracción, la fase de subida en las
dominadas, y fase excéntrica, desde la máxima contracción hasta la
extensión, la fase de bajada. Generalmente tendremos mas fuerza en
la fase descendente, (excéntrica o negativa) que en la ascendente,
(concéntrica o positiva). La fuerza concéntrica mejora
substancialmente trabajando la fase excéntrica pero es
fisiológicamente muy exigente. El volumen de trabajo total debe ser
menor que en el primer ciclo. Es fácil lesionarse tejidos
conjuntivos o la propia musculatura. Si no estas suficientemente
entrenado o tu motivación supera tu sentido de la autoprotección es
mejor que no lo realices.
El trabajo debe realizarse tras un
exhaustivo calentamiento. En previsión de lesiones lo haremos al
finalizar el trabajo de gimnasio general. Aunque la fuerza absoluta
estará mermada, el objetivo se cumple igualmente y se reduce
claramente el riesgo de lesión. El trabajo es el siguiente.
Desde una banqueta, escalón, etc. sube
a la posición de máxima contracción y aunque lo hagas con los dos
brazos, soporta la mayor parte de la bajada con un solo brazo, sube
de nuevo desde la banqueta y desciende soportando casi todo el peso
con el otro. El objetivo sería poder descender lentamente con un
solo brazo cada vez. Máxima precaución: si no estas realmente
fuerte puedes lesionarte, por ello hazlo con los dos brazos como
hemos indicado. Una manera rudimentaria pero eficaz consiste crear
una polea con una cuerda. Un extremo se ata a la cintura, un arnés
por ejemplo, y se pasa la cuerda por encima de la barra, atando en el
otro extremo un disco de peso que descargará el que tengamos que
soportar de nuestro cuerpo, con lo que haremos más fácilmente la
fase negativa de las dominadas con un brazo. Necesitarás un
compañero probablemente.
Otro método consiste en utilizar gomas
de las que se emplean como resistencia en las clases de aeróbic.
Atas la goma a la cintura y a la barra estando tensa y descarga parte
de tu peso. Incluso en algunos gimnasios hay máquinas específicas
para ello. Haya muchas posibilidades, lo importante es que puedas
retener la bajada con un brazo sin riesgo de hacerlo sin control.
Como verás, hay momentos del recorrido en los que eres más fuerte.
En el comienzo y el final de la bajada tendrás más fuerza que en el
tramo medio. Sin querer ser aburrido, renueva la petición de evitar
el riesgo de lesión.
Puedes hacer dos entrenamientos
negativos a la semana espaciando las sesiones, Lunes y Jueves, por
ejemplo. Deja al menos 2 días de descanso, aunque hacerlo cada 4 o 5
días sería lo deseable, por lo que no todas las semanas serán dos
sesiones. Este es un trabajo muy duro aunque no se perciba tan
agónico como el descrito para el ciclo primero.
Realiza una retención con un brazo y
acto seguido el otro. El descanso antes de volver con el primer brazo
será aquel que te permita bajar con cierto control, por ello no
diremos un tiempo fijo. Al principio necesitarás mucho y con el
tiempo podrás hacer varias sin descanso. Completa en las primeras
sesiones 5 con cada brazo, y aumenta una para cada brazo en cada
sesión de gimnasio. Cuando alcances 15 con cada brazo inicia
nuevamente el primer ciclo. Los antebrazos también trabajarán, en
este caso te suspenderás con una sola mano con las dos últimas
falanges, aguantando el máximo tiempo con cada brazo y alternando
entre uno y otro sin descanso.
Al terminar este ciclo estarás dos
semanas sin trabajo de gimnasio y te concentrarás en practicar en
roca artificial y en carrera a pie. Tras el descanso haz el test de
fuerza inicial y sorpréndete.
Fuente: Grupo montañero Luis Espinosa