Si bien este procedimiento también se utiliza para tratar diversos problemas de salud, en el último tiempo ha cobrado popularidad por su uso en estética, al aplicarse productos que disuelven la grasa y disminuyen la celulitis.
Uno de los conceptos que genera mayor confusión es que la mesoterapia es el nombre del procedimiento; más allá del medicamento que se aplique.
En el caso de la celulitis, se utiliza generalmente una combinación de fosfatidilcolina y ácido desoxicólico, un compuesto que, entre otras funciones, ayuda a disolver los depósitos de grasa.
Por eso, en caso de tomar la decisión, es tan importante concurrir a un médico certificado y recomendado, ya que al aplicarse una combinación de productos, no hay modo de comprobar la autenticidad del medicamento que se aplica. También, es fundamental comprobar que las agujas sean descartables y que los instrumentos estén esterilizados. Otro aspecto al que hay que prestar atención, después de la primera aplicación, son las reacciones alérgicas. Si aparece algún síntoma, es inevitable la suspensión del tratamiento, además de concurrir al médico en forma inmediata a la reacción.
Una de las preguntas principales sobre este procedimiento es ¿Dónde van las células grasas luego de ser disueltas? Los defensores de este tratamiento afirman que las células son excretadas del cuerpo por las vías naturales, sin embargo, nadie puede asegurarlo.
Después de recibir artículos sobre efectos adversos que ocurrieron tras tratamientos con mesoterapia tales como: dolor, náusea, diarrea, daño hepático y “bultos” en los sitios de inyección, el Kansas State Board of Healing Arts, que regula la práctica médica en el estado de Kansas, fue el primer estado en prohibir el mercado y venta de estos compuestos.
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